miércoles, 16 de febrero de 2011

Route 66 - Day 2 - Chicago - Springfield - St Louis

Ya estamos totalmente integrados en esta bizarra cultura, y eso se demuestra cuando son las 6:30 de la mañana y los 3 ya estamos despiertos dándolo todo de camino al comedor del hotel.

Podríais pensar que allí no habría nadie a esas horas, pero sorprendentemente las mesas estaban llenas de gente alimentándose con la bendita crema de cacahuete que glorifica sus desayunos.

Hoy el plato especial del día era Bacon Crujiente. Alguien puede resistirse a eso!? :D

Pocas horas después salíamos del hotel con la intención de llenar nuestras maletas con los primeros suvenires del viaje. Tazas, pelotas de baseball, gorras, camisetas e imanes sobre Chicago inician un problema de espacio que posiblemente tengamos que resolver al final de esta aventura con la compra de una nueva maleta.

Más contentos que unas castañuelas pillamos el coche y decidimos saltarnos el planning de la ruta. Nos falta un mítico lugar de la ciudad por visitar, The Willis Tower.


Mientras damos vueltas por un parking a punto de derrumbarse donde no queda ni un solo hueco libre, a nuestra derecha se levanta imponente el edificio que tiene el honor de ser el más alto de todo Estados Unidos.

Una torre majestuosa que permite a sus visitantes subir a la planta 103 y disfrutar de unas vistas ACOJONANTES.


Tras más de un minuto tememos por nuestras vidas  mientras subimos en un ascensor que se tambalea más que Roger ayer patinando, llegamos a la parte más alta del edificio. Toda la planta es una cristalera que nos muestra una vista sobrecogedora de la ciudad. Un terreno totalmente plano hasta donde nos alcanza la vista rodea la torre. Incluso tras el lago Michigan que se nos antoja un mar parece avistarse tierra firme.

No contentos con ofrecer estas vistas, el edificio ofrecía otra actividad que ninguno de nosotros podrá olvidar jamás.

En la fachada de esa planta han creado unos balcones totalmente acristalados de metacrilato transparente que sobresalen un metro del edificio. Al entrar en ellos se produce el efecto de encontrarse suspendido en el aire a 262 Michael Jordans de altura!

Sobra decir que a mi casi me da un infarto allí arriba y que me pasé más de 15 minutos para reunir el valor suficiente para entrar ahí dentro. En situaciones así se demuestra que el miedo puede a la razón porque eso es imposible que caiga y yo me sentía como si fuera a morir en cualquier momento.

Fotos como esta atestiguan el valor acumulado gracias al apoyo de varios de los turistas que me animaban fervientemente a dar el paso mientras asistían divertidos a la lucha interior de alguien con pánico a las alturas.



IMPRESIONANTE.


Ahora sí que podemos irnos de esta ciudad que ha cumplido con creces todas nuestras expectativas.

Pillamos nuestro fantástico KIA y encaramos la Interestatal 55 camino a Springfield.

Este coche es una bendita maravilla y mucho más aun tras descubrir que dispone de velocidad de crucero que me permitirá descansar las piernas mientras atravesamos las infinitas carreteras en línea recta que nos esperan por delante.

Roger se encarga inicialmente del GPS, pero tras varios gritos infernales repitiendo la ruta a seguir sin que ni Dani ni yo fuésemos capaces de saber a cuál de las 3 direcciones que teníamos delante debíamos pillar, decidimos que el GPS lo usaríamos poco y que Roger se encargaría de buscarnos puntos interesantes del recorrido para visitar.

Gafas de sol, millas por delante, carreteras imponentes rodeadas de nieve y pequeñas granjas acompañan nuestro viaje. Y todo monster viaje necesita momentos de desfase, y esos llegaban cargados de morriña mientras cantábamos a grito pelado canciones como ‘Libre’,’Barcelona’,’Soy Minero’ o ‘Cien Gaviotas’.. Bendita Looser List y que bien gastados esos 10€ en un mes de Spotify Premium y su modo sin conexión.


Nuestra primera parada fue en el mítico ‘Cozy Dogs’, un garito en el que te preparan un Frankfurt clavado en un palo de helado y rebozado de maíz crujiente. Un pequeño restaurante parada obligatoria para los amantes de la ruta. Repostamos con tazas, imanes y parches de ropa con el Logo de la 66 y ya estamos listos para continuar.


Anocheció y eso no nos permitió poder ver algunos lugares del camino que queríamos mirar, así que nos encaramos directos hacia el hotel que nos esperaba en St Louis.

Una señal de “gran diferencia de presión entre las ruedas” empezó a parpadear en el frontal del coche. FUCK!

Paramos en el lateral de la carretera rezando que no se nos hubiera pinchado una rueda, que es exactamente lo que quiere decir el maldito indicador.

Esta en la segunda vez que paramos en un lateral de carretera americana contando la del año pasado de camino a Las Vegas y no mola nada pensar que te has quedado ahí tirado en medio de la nada.

Salgo del coche, reviso las ruedas mientras a nuestro lado pasan trailers que aprecían sacados del diablo sobre ruedas y veo que todo está correcto. WTF!?

Tras una revisión del manual de instrucciones del coche, vemos que en ocasiones si pasamos de una zona fría a una zona caliente o viceversa es posible que esta señal se active momentáneamente.
Ufff.. Por un momento ya habíamos pensado que el primer día habíamos pinchado! :S

Vivos y con ganas de marcha, por fin llegamos a St Louis. Nuestro hotel es muy parecido al de Dexter. Una mezcla entre eso y los apartahoteles de Lloret o Blanes.

Por desgracia son las 9 de la noche y hemos llegado demasiado tarde para ir a cenar al mítico restaurante de costillas a la barbacoa que teníamos pensado. En que enferma mente cabe cerrar los restaurantes a las 21:00!?

- Y ahora que hacemos tíos?
- Un momento. Esto que hay a 50 metros es lo que me parece que es?
- OMFG! 
- Un HOOTERS!!

Problem Solved! xDD

Este sí que era un Hooters de verdad y no el de Las Vegas. Esto es un Hooters pequeño, autóctono, con chicas granjeras futuras miss Missuri en potencia.

‘Lauren’, nuestra extremadamente amable camarera nos trajo grácilmente unas alitas unas patatas y unos palitos de queso, mientras se acariciaba su rubia melena.

Roger perdió el conocimiento cuando a ella se le ocurrió sentarse en el hueco que quedaba libre en la mesa y ponerse a hablar con nosotros mientras nos explicaba que había viajado a Europa pero que a España aun no había ido.

- Ahora ya tienes casa en Barcelona sweetheart. – Dijo Roger con una voz seductora que nunca habíamos oído.

Para celebrar la futura boda, él se pidió un BlackJack y yo la cosa más bizarra que había en toda la carta. SANGRÍA, donde me daban a escoger entre vino blanco o rojo! xD
Obviamente pedí blanco, y tal como se puede esperar eso era un engendro. Vino blanco, soda, rodajas de limón y lima, y mogollón de azúcar. Una especie de mojito con vino blanco de garrafón del que seguro mañana me esté arrepintiendo.

Y de esta manera acabó el primer día real de la ruta. Empieza a vislumbrarse el ambiente Redneck que esperamos ir encontrando por el camino.

Hoy ha sido un gran día pero, lograremos sobrevivir mañana en la ciudad más peligrosa de Estados Unidos? Esperemos que sí!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Queremos fotos de Lauren

Anónimo dijo...

no existe un hooters en versión masculina :P

Anónimo dijo...

wiii, queremos un hooters version masculina!!!!

q valor para estar parado en el aire :P

suerte!!