viernes, 5 de marzo de 2010

Looser Trip - Día 3 - Road Trip


Un campo repleto de girasoles, una hamburguesería americana, el tío Sam mirándome a los ojos e incitándome a que me alistase para defender a la patria, un grupo de vagabundos tullidos saltando a la comba, una bandera gigante ondeando al viento, el sueño americano…. y la voz de Rafa de fondo despertándome del único sueño que se podía tener en el hotel más infecto en el que jamás haya caído. 

Día 3, son las siete de la mañana, Rafa lleva dos horas despierto, hoy toca recorrer 600 km hasta llegar a Los Angeles, alquilar un coche y comprobar si adentrarnos un poquito en la América profunda puede con nosotros. 

Hoy el post lo escribo yo, Rafa está todavía convaleciente de la mala noche que le ha dado la pierna. Una pierna que, de seguir así, deberíamos cambiar por otra nada más llegar a las Vegas.

Nuestro plan inicial consistía en salir del hotel a las 7:30 pero como todos los planes iniciales no se ha podido cumplir. Quizá por que tardé en despertarme, quizá por que Rafa necesitó media hora para meter su pierna hinchada en el pantalón, quizá por que no teníamos huevos a salir de noche en una calle tan chunga con la nuestra.

A las 8 ya era de día y Los Tullidos, nosotros, ya estaban de camino a alquilar el coche. 

La tienda de alquiler de coches está a dos calles, tío. Esas fueron las palabras de Rafa al salir por la puerta. 12 calles y 4 colinas después seguía repitiendo la misma cantinela… pero ya no colaba. Las pintas debían de ser antológicas, dos tíos cojeando, sin afeitar y tirando de unas maletas bastante echas polvo. 

Sí, nuestra integración con la ciudad ya era completa, parecíamos dos Homeless.

Encontramos la tienda de alquiler de coches y rellenamos los papeles, elegimos conducir un PT Cruiser, por aquello de ir con el coche más americano y bizarro posible, y nos ponemos en marcha.


Con las llaves en la mano bajamos al sótano y nos guían amablemente hasta él. Qué chulo, pensamos, cómo mola y encima es automático!. Rafa conducirá primero, tiene 10 años de carnet y se supone que mucha habilidad con los vehículos así que será el encargado de abrir fuego. Esto está chupao!

Pasan 15 minutos y el coche no se ha movido. No sabemos arrancarlo. Malditos americanos, ¿por qué no tienen marchas? ¿Por qué no tienen embrague? ¿Por qué no se mueve esta maldita palanca que debería moverse?

Acude en nuestra ayuda un simpático operario hindú que nos explica, brevemente y con un inglés peor que el nuestro, cómo se conduce un monstruo así. Lo entendemos, conseguimos movernos y salimos del parking.


Los primeros minutos en el tránsito de San Francisco son divertidos. Estos americanos conducen como si estuvieran en Vietnam. A duras penas Rafa se hace con el control del coche y endereza nuestro camino. Ya estamos en marcha. Los Ángeles allá vamos.

Las carreteras son enormes, de hasta siete carriles y la calidad del asfalto varía mucho de un tramo a otro. Eso sí, los coches aquí son enormes, estos Americanos lo hacen todo a lo grande y claro, conducen unos auténticos monstruos que en Europa no podrían ni girar una calle.

Pensad que un Audi A4 Familiar, que en Europa es grandecito, aquí se ve como un coche muy pequeño y hasta cutre. Los coches que les gustan a esta gente son casi como tanques, cosas enormes y con ruedas vastísimas. Es lo que tiene tener espacio casi infinito y casas con jardín, claro.

Cruzamos un puente enorme, el Bay Bridge, y llegamos a la península en sí. Nuestra ruta nos lleva por la Autopista 508 que, en determinado punto, se convertirá en la Interestatal 5 que nos conducirá de pleno a Los Angeles, ciudad de celebridades y chicas de moral distraída. O eso dicen, claro.

Conducir aquí es fácil, los coches automáticos se conducen solos y las carreteras son tan grandes y espaciosas que no dan sensación de velocidad. Si a eso le sumamos que la carretera son 600 kilómetros de recta infinita, sin curva alguna, se convierte en un viaje que puede hacer un niño de 16 años. 16 años, la edad a la que les dan el carnet de conducir aquí, ahora lo entendemos todo.

El paisaje es increíble y el sol acompaña. Montañas verdes que parecen ser el fondo de pantalla del Windows XP, pequeñas granjas, ovejas, vacas, campos infinitos, prados bestiales y una carretera recta salpicada por algunas áreas de servicio y de descanso.



Decidimos parar en una para que la pierna de Rafa coja aire, de paso compraremos bebida y comida. Las áreas de descanso aquí son muy curiosas. Consisten en una especie de merendero, todo muy bonito con campos verdes y americanos paseando perritos que llevan en los coches, y un conjunto de máquinas expendedoras de bebidas y comida.

Nos sorprende el tamaño que tienen aquí los Twister, los Crunch y los Kit-Kat. Son auténticas exageraciones, casi como reglas de 30 centímetros y a un precio de menos de un euro. Desde luego a los Europeos, en Europa, nos debe gustar que nos timen o yo no me lo explico.


Recompuestos y con una botella de agua volvemos al viaje. Serán 4 horas más de conducción en línea recta hasta que decidamos parar a comer.

Lo hacemos en Fresno, ciudad que a todos nos sonará, después de haber pasado por sitios de nombre extrañísimo (cómo les gusta mezclar nombres con palabras en inglés y castellano) como Las Positas Road, o El Torito Collegue Avenue.

Un cruce de carreteras, la interestatal 5 con otra, en el que han levantado de la nada un pequeño pueblo. 4 gasolineras haciéndose la competencia, 6 o 7 sitios para comer y una calle central que se pierde a lo lejos alrededor de la cual se levantan pequeñas casitas y tiendas para los trabajadores. Un pueblecito dedicado a los viajeros.


Comemos en Denny's, el típico sitio de carretera en el que hincar el diente al estilo americano. De primero, para picar, unas patatas fritas con cheedar y bacon, buenísimas. De segundo, Rafa ataca a un Spicy Cowboy de ternera y yo a unas pechugas de polo BBQ. Todo muy americano acompañado de judías verdes, maíz y puré de patatas.

La bebida, siempre que pidas agua o té es gratis así que nos lanzamos a por ellas. La comida estaba buenísima pero lo mejor estaba por llegar, el postre.

Empiezo con el mío que es el más sencillo. Una bola de helado de vainilla situada sobre un pastel de manzana, recubierto todo con dulce de leche. Una auténtica delicia por la que Laura mataría. Tranquila que volveremos y lo podrás hacer.

Rafa, y aquí viene lo bueno, se atreve con el rey del cotarro. Se pide un Smooth Ice Cream Coke. Lo que viene a ser, atención, un vaso enorme hasta arriba de cocacola en el que echan dos bolas de helado, una de vainilla y otra de nata. Muy, muy duro. Cocacola y helados en el mismo pack. Todo muy madre in usa y haciendo buena la típica frase de, si te gusta la pizza de 3 quesos y también te gusta la nata, si las juntas estarán doblemente buenas.

 

Salimos de Danny's, encantados con el exquisito trato y la alta cocina que nos acabábamos de meter entre pecho y espalda, no sin antes haber hecho migas con la manager del local, una señora de sesenta años, y una camarera hispana que servía de traductora. Sólo vernos nos preguntan que de dónde somos. Manda huevos, ¿tanta pinta de guiris tenemos?. 

Quizá se pensaban que éramos de San Francisco, claro, por el aspecto de vagabundo. Debe de ser eso.

Nos dirigimos al coche y a los pocos metros observamos una estampa que marcará el día. Un camión enorme arrastrando a un tanque del ejercito. Así, a palo seco y sin anestesia, como si fuese lo más normal del mundo. Por supuesto que tanto el camión como el tanque llevaban un montón de banderitas americanas ondeando al viento.

Después del susto ponemos gasolina, una experiencia bastante interesante al no tener ni idea de qué tipo de combustible usa nuestro pequeño PT Cruiser y seguimos adelante.

La vegetación va cambiando poco a poco y del verde intenso pasamos al marrón desértico. El sol, palmeras, el ambiente, las señales de la carretera… estamos en Los Angeles.

Por supuesto nos perdemos al entrar y no sabemos dónde estamos. Aparecemos en un barrio que parece sacado del GTA IV y que da bastante canguelo. En cualquier momento podrían aparecer miembros de unas bandas rivales y empezar a pegarse tiros. Por suerte no pasa y gracias a la guía que Laura me regaló conseguimos encontrarnos y dirigir nuestros pasos hasta la calle Broadway en donde está el Royal Pagoda Hotel.



Cruzamos Hill Street, sí la misma calle de Canción Triste de Hill Street, pasamos por delante de la comisaría de policía de la serie de TV y a un par de manzanas divisamos nuestro hotel.

Es de noche y de la nada emerge una pagoda china iluminada por neones rojos. Es un puticlub?, nos preguntamos… No, es nuestro hotel. Aparcamos el coche, tienen parking gratuito para los huéspedes, nos dan la habitación y dejamos las maletas.


Esta vez sí hemos triunfado. Dos camas dobles, lavabo, ducha, armarios, nevera, televisión, todo muy limpio y decorado al estilo japonés. Viviremos durante dos días en pleno Chinatown, ya os contaremos qué tal nos va.


En un último amago de valentía y a las 9 y media de la noche, hora en la que todo españolito se plantea si cenar o si todavía es demasiado pronto, decidimos ir a comprar algo de manduca y a ver por dónde se mueve la fiesta.

Nuestra zona de Los Angeles, Chinatown y el Downtown con el Staples Center al frente están desiertas. No hay gente, no hay movimiento, no hay sitios donde cenar, no hay nada… volvemos al hotel con el estomago vacío. Ya comeremos mañana, total, aún hay que digerir el vaso de cocacola con las dos bolas de helado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Uala al final habéis alquilao un PT hander de esos!! jajaj que gran, tu choche preferido tullidete dedil! ;)

Mare meva, me habías explicado lo del postre de coke y helado pero verlo documentao gráficamente impacta entoavia more XD. En cuánto a la apple pie con helado y dulce de leche...efectiviwonder, mataría por ella sin pensarlo jaja ñaaaamm!!

Bueno, seguid así que es muy diver leeros y enterarnos de vuestras adventures! Yo os sigo desde el curro XD

PD: Que guay que os ayudara la super guía! :)

Pau MF dijo...

Definitivamente Rafa es un hombre, esa cosa con Coca Cola seguro que es veneno en el gaznate de un mortal normal y corriente.

PD:Voy borrachio.

Sara dijo...

Hahaha!!!
Ese Smooth Ice Cream Coke es de lo peor que he visto nunca!!!
Que valiente eres, Rafa!
LOL